Tras más de 10 años de trabajo con White Dwarf, proveniente del cruce de dos potentes índicas, renace White Dwarf #2 como una versión mejorada destacando aún más por su altura, potencia y estabilidad. Cuenta con el aval de más de 35 generaciones de esta genética que pobló los balcones y terrazas de los cannabicultores en los inicios de las variedades autoflorecientes, que buscaba la discreción ante las miradas de los curiosos.